viernes, 4 de septiembre de 2009

FRENCH GUYANA: THE DARK SIDE

Ahora que la gente de mi entorno se ha olvidado un poco de mi blog y no estoy en la Guayana, ya puedo hablaros de las cosas que no contaba para no preocupar a mi madre y a mi familia: “El lado oscuro de la Guayana Francesa”

Pues si, en la Guayana no pasan sólo cosas buenas, hay muchos robos en casas y atracos en las calles, y la sociedad es algo violenta en sí. Pasan cosas que uno no está acostumbrado a ver u oír. Y Saint Laurent, al ser una ciudad fronteriza, quizás se lleve la palma en cuanto a peligrosidad. Sólo el río Maroni separa Saint Laurent de Surinam, lo que hace que mucha gente cruce el río, robe, y se vuelva a Surinam. Y les interesa robar en territorio francés porque en Surinam la policía no se anda con tonterías, si echas a correr sacan la pistola, te pegan un par de tiros y se quedan tan anchos. Y quizás sea uno de los motivos por los que se puede pasear tranquilo por la noche en Paramaribo, cosa que en Saint Laurent no. Los franceses suelen ser exagerados con sus historias de peligrosidad y de llevar cuidado, y claro tu no empiezas a ver el peligro hasta que te pasa a ti, lo que no quita que los franceses sean exagerados.

Pues si, a mi me atracaron no una, sino dos veces, las 2 veces con armas de fuego. La primera vez iba con Joe el inglés, íbamos a salir de fiesta a Chez Paul Neman, el sitio más guay de Saint Laurent para salir, pero que desgraciadamente está ubicado en la Charbonniere, el barrio chungo de Saint Laurent. Pues íbamos los 2 hablando tan tranquilos cuando de repente nos salen 2 tipos que estaban escondidos, uno alto con un machete y otro bajito, el del machete coge a Joe y lo tira al suelo en un plis y le pone el machete en el cuello, Joe se hace un corte en la mano al protegerse y yo me quedo con el pequeñín y pienso: ¿y este que? ¿no lleva nada? Y de repente me hace ¡ras! y me saca una recortada que llevaba escondida en la chaqueta, yo le digo: toma todo mi dinero, mi móvil y hasta mi camiseta si quieres. Y eso, me robaron el móvil, 25 euros y las llaves de casa, y salieron corriendo, imagino que se irían a Surinam. Al día siguiente esos mismos atracaron a una familia que iba de vacaciones a Surinam y les robaron 600 euros, uno de los niños llevaba una pulsera de oro o plata y como no quería dársela a los atracadores, le pegaron un machetazo en la muñeca para cortarle la pulsera, y al pobre chaval tuvieron que darle 14 puntos en la muñeca.

La segunda vez iba yo sólo, volvía a casa de haber salido en la Charbonniere, cuando paso por delante de un grupo de 4 chavales, y cuando me había alejado unos 20 metros de ellos, empezaron a seguirme. Yo, oliéndome el percal, empecé a acelerar el paso, no podía correr ya que me había hecho un esguince de rodilla jugando al baloncesto, así que los amigos, al ver que aceleraba el paso, salieron corriendo detrás de mi y me rodearon. ¡no te muevas! ¡no te muevas! Yo les decía ¡otra vez nooo! Ya me robaron el otro día y no llevo nada ahora cuando vengo por aquí. El caso es que hubo un desafortunado momento en el que yo, al levantar los brazos y decir otra vez no! Y mi cacheador, al agachar la cabeza para cachearme, se encontró con mi mano en su cara, vamos que le di un manotazo sin querer y le tiré las gafas de sol al suelo (si, aunque era de noche llevaba gafas de sol) entonces se enfadaron, me sacaron un pistola y me dijeron “quieres una bala eh” “quieres una bala” “quieres que te peguemos un tiro” yo les dije que no, ya que aunque nunca he recibido un tiro, no es una experiencia que me atraiga demasiado. Así que continuaron con el cacheo y me robaron lo único que llevaba, las llaves de casa con mi llavero abrebotellas con la bandera de Guyana que había comprado en Georgetown. Sorprendentemente llavero en mano, salieron corriendo a toda prisa (imagino que temían mi ira...)

Y lo que me fastidió de esta segunda vez que me atracaron, es que al llevarse las llaves, yo no tenía forma de entrar en casa, pero afortunadamente había dejado una ventana abierta, y pude entrar desde casa del vecino andando por la cornisa. Por segunda vez tuve que cambiar la cerradura de casa.

Pero bueno, tuve suerte y no me pasó nada más en mis 8 meses guayaneses. Pero si que pasan cosas, a un alumno de 12 años del instituto donde trabajaba, le mataron de un disparo en la cara. Mis compañeros de piso vieron morir a alguien apuñalado en la plaza principal de Cayena en pleno Carnaval, un hombre entró con un rifle en mi instituto y quería matar a un trabajador. Alguna alumna fue violada en el tiempo que estuve allí. Y hay muchas más historias de violaciones, robos en casas, robos con violencia...

La gente de allí tiene una forma muy particular de arreglar sus diferencias, como me decía un amigo surinamés “aquí no perdemos el tiempo peleándonos, aquí nos disparamos” Así que hay que llevar cuidado de no ir a ciertos sitios a ciertas horas y estar siempre vigilante, si llevas cuidado y aún así te atracan, pues no te hagas el héroe, que la gente esta es de gatillo fácil.

Pero tampoco hay que vivir obsesionado con la inseguridad, la Guayana sigue siendo un lugar maravilloso, con sus pros y sus contras, y creedme si os digo que hay más pros que contras.